En el
día de hoy aprovecharé para iniciar una nueva sección en nuestro blog en la que
analizaré detenidamente, y en diferentes artículos, el origen étnico de los
españoles recorriendo las diferentes dinámicas protagonizadas por nuestros
antepasados desde tiempos remotos.
Comenzaremos
hoy por el análisis de uno de los mayores imperios que el mundo ha conocido,
cuna de Occidente y cuyos ecos llegan hasta hoy en día: El Imperio romano.
Pues
bien, muchas personas, incluidos sorprendentemente patriotas o identitarios mantienen
que los españoles descendemos de los romanos que llegaron a la Península,
queriendo emparentarse, creo yo, con los legendarios integrantes de las
legiones. Curiosamente estas mismas personas son las que te argumentan que no
descendemos de magrebíes o árabes de Al-Andalus.
Antes
de leer este artículo, recomiendo leer otra entrada del blog: 4- SUSTITUCIONES
ÉTNICAS, ¿ALGO NUEVO EN LA HISTORIA?, ya que servirá como base para
entender éste.
Entrando
directamente en materia, decir que los españoles NO descendemos de pobladores
llegados desde la península itálica y a continuación desarrollaré las razones
de porque esto es así.
En
primer lugar debemos desarrollar el término Romanización, que ha llevado
a equívocos numerosas veces: Este término no se refiere a una sustitución de
tipo étnico, ni siquiera cultural. Se define concretamente como la asimilación
de elementos políticos, sociales, culturales, lingüísticos,… por parte de los
pueblos conquistados por Roma. El resultado de esta asimilación es una nueva
cultura, fruto de la suma de elementos indígenas y romanos. Es decir, la
cultura del conquistador no se impone sobre la del conquistado sino que se unen
conformando una nueva resultado de la fusión de ambas. Un ejemplo de este
fenómeno es como los pueblos conquistados utilizan el alfabeto romano para
escribir en sus propias lenguas o como hay esculturas de estilo romano pero que
representan deidades indígenas.
Éste,
es sin duda el éxito de la romanización y de Roma como Imperio: el ‘’respeto’’
por los pueblos conquistados, sin arrebatarles sus tradiciones. Esto permitió
épocas de enorme estabilidad, a destacar la Pax
Romana, basadas en la convivencia pacífica de numerosísimos pueblos unidos
bajo una sola administración.
Este
proceso de romanización no es homogéneo en todas partes, sino que en unas zonas
es más potente que en otras. En Hispania por ejemplo, donde más se dejó sentir
fue en las provincias de la Bética y el Levante mediterráneo. Aquí el proceso
fue temprano, intenso y muy profundo.
Otras
zonas también tuvieron un proceso de Romanización como Lusitania o la Celtiberia,
pero únicamente en los márgenes de los ríos Guadiana y Ebro, donde se
instalaron pobladores romanos utilizando estos ríos como vías de comunicación.
En
otras zonas como son la Gallaecia, el norte peninsular o las mesetas la Romanización
fue prácticamente inexistente.
¿Quiere
decir esto que los habitantes de las actuales provincias de Andalucía o el Levante
mediterráneo desciendan de romanos? No,
vuelvo a repetir que la Romanización es un proceso de cambio cultural y si se
quiere también social pero en ningún caso étnico. Las razones son las
siguientes:
1. La
Península itálica, al estar en un régimen demográfico antiguo y con una
agricultura tradicional, no generaba un excedente poblacional que potencialmente
pudiera desplazarse hasta Hispania para ocupar y llegar a sustituir a los
indígenas. Vuelvo a recomendar la lectura del artículo 4-SUSTITUCIONES ÉTNICAS,
¿ALGO NUEVO EN LA HISTORIA? para la comprensión de este punto.
2. Los
romanos no tenían necesidad de desplazar a los indígenas para administrar el
territorio, únicamente con el envío de unas élites, miembros del partido
senatorial y otros magistrados, a ciertas ciudades así como contingentes de
tropas para controlar zonas conflictivas como el Norte peninsular, bastaba para manejar
Hispania. Los
romanos únicamente tenían dos intereses en los territorios conquistados: La
explotación económica, que fue muy fuerte en España; y la obtención de tropas
auxiliares que mantenían sus estructuras tradicionales al incluirse en el
ejército romano.
3. A pesar de que los
romanos fundaron numerosas ciudades, en la mayoría de los casos se
‘re-utilizaban’ las ciudades indígenas en donde simplemente se implantaba la administración
romana y adaptaban los enclaves a sus necesidades, con la construcción de
acueductos y otras infraestructuras por ejemplo. Los colonizadores que llegaron a la Península, enviados
para controlar el territorio, se instalaban en estas ciudades ya que eran los
centros neurálgicos desde donde se administraba el territorio. Aquí convivían
con indígenas. Tan solo un 25% de la población vivía en las ciudades, con lo
cual la mayor parte de los habitantes vivían en el campo donde prácticamente
todos eran indígenas, a excepción de los soldados instalados en campamentos
militares. Por tanto, en el mundo rural prácticamente el 100% de la
población era nativa y también eran mayoría, si bien no tan aplastante, en las
ciudades.
4. A pesar de que en la
sociedad que se conformó en Hispania tras la conquista los matrimonios mixtos
no estaban tan mal vistos como en la sociedad de Al-Andalus en la cual las
legislaciones, tanto cristiana como musulmana, llegaron a prohibir las uniones
mixtas, no quiere decir que los pobladores de la Península Ibérica estuvieran
al margen de la Regla de oro de los matrimonios: En la mayoría de los
casos, hoy y siempre, los matrimonios se dan entre personas de una misma clase
social, cultura y etnia. Esta sencilla regla de la antropología puede aplicarse
hace 2000 años al igual que puede hacerse hoy. No deja de ser lógico que las
personas se unan con otras con las que comparten un mismo entorno así como una
misma cultura y tradiciones.
Entonces,
¿No hubo casos de uniones entre indígenas y romanos? Sí que hubo casos,
pero como suele ocurrir, de carácter marginal.Por
ejemplo, algunos soldados romanos se casaban con indígenas cuando a éstos se
les licenciaba del ejército y se les concedía parcelas de tierra en Hispania. Este
fenómeno no deja de ser lógico teniendo en cuenta que estos soldados no tienen acceso
a mujeres de su misma etnia, al estar alejados de sus zonas originales. La
regla de los matrimonios anteriormente descrita, en consecuencia, no tendría
validez pero no olvidemos que esto es un caso marginal.
También
es típico la unión entre élites locales y romanas, por motivos estratégicos en
el plano económico y para el ascenso social. De hecho, se produjo ciertamente
una fusión entre las élites romanas, llegadas para administrar el territorio y
las locales, sobre todo en las zonas más profundamente romanizadas de las que
ya hemos hablado. Para cuando llegan los visigodos se puede hablar
perfectamente de élites hispano-romanas, lo que no quiere decir que las grandes
masas de población campesina, y también no campesina, hubieran sufrido importantes
cambios étnicos al estar bajo dominio romano.
Como
suele ocurrir, las grandes masas de población de las capas más bajas de la
sociedad, en torno al 90% de la población, mantienen su identidad y son los
principales protagonistas de la continuidad étnica de los pueblos. Esto se
produce así durante los tiempos del Imperio romano, y también se produce hoy,
si bien en nuestros días hay un intento de quebrar este impulso, o si se quiere
este instinto puramente humano, a través de la propaganda masiva.
A
través de este artículo espero haber demostrado de manera comprensible que
efectivamente los españoles no descendemos de los colonizadores romanos que
establecieron la administración del primer imperio extranjero que dominó
nuestra tierra.
Espero
vuestras reflexiones y también vuestras críticas a este artículo.
¡Un
saludo!
Fuentes
para la realización de este artículo:
- Bravo Castañeda, G. 2007, Hispania: la epopeya de los romanos en la
Península, La Esfera de los Libros, Madrid.
- Blázquez Martínez, J.M. 1989, Nuevos estudios sobre la
romanización, Istmo, Madrid.
- BALIL ILLANA, A. 1954, "La economía y los habitantes no hispánicos del Levante español durante el Imperio romano”, Archivo de Prehistoria Levantina,vol. 5, pp. 251.
Curiosamente, los ultimos estudios sobre diversidad genética en europa apuntan a que en españa la genética es menos variable que en el resto de los países, si excluímos islandia, claro.
ResponderEliminarEn definitiva, y como explico ampliamente en el artículo 4- SUSTITUCIONES ÉTNICAS, ¿ALGO NUEVO EN LA HISTORIA? todas las razas del mundo, en mayor o menor medida se mantienen innamovibles hasta la época industrial.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por comentar :)