Toda aquel que trate el tema de la
inmigración tiene que hablar de manera obligada del gran fenómeno migratorio de
nuestro tiempo: los refugiados. Dicho
fenómeno, además de ser un movimiento de población colosal también es la prueba
manifiesta de que hay una enorme masa de población, tanto en España como en
Europa, que posee una nula capacidad crítica y que es incapaz de llevar a cabo
ningún tipo de razonamiento por cuenta propia al margen de las fuentes
oficiales establecidas. Este hecho es fácilmente contrastable al hablar con la
gente sobre la guerra de Siria o sobre la propia oleada de los archiconocidos refugees.
En primer lugar, hay que recordar que
para que una persona sea catalogada como refugiado debe huir de algo, y ese
algo es, en teoría, la Guerra Siria.
No pocas veces me he sentido como el protagonista de la obra de George Orwell 1984 cuando se hablaba del citado
conflicto. En esta novela un día se estaba en guerra con Eurasia, para unos
meses después estar en guerra con Oceanía. No solo eso, sino que, si atendías a
los medios, SIEMPRE habíamos estado en guerra con Oceanía y nadie parecía
extrañarse de estos cambios vertiginosos ‘’de guión’’ (y nunca mejor dicho) Este
paralelismo se puede establecer claramente ya que lo que hoy llamamos terroristas
del ISIS, a los cuales, en teoría, combatimos ferozmente, hace no tanto meses
eran luchadores por la democracia del Ejército Libre Sirio y para ayudarlos en
su ‘’noble’’ causa se les envió una ingente cantidad de materiales y pertrechos
desde todo el mundo occidental (Realmente no sé hasta qué punto esa ayuda
continúa llegando) con la bendición toda de la opinión pública nacional e
internacional. Para no extenderme más en el tema bélico, invito a informarse acerca
del conflicto en cuestión.
El caso es que esta guerra ha sido
apoyada de manera activa por los estados europeos y la ONU, ese organismo que
en teoría se creó para mantener la paz en todo el mundo no hizo nada por
evitarla, aparte de comunicados y manifiestos totalmente inútiles en la práctica.
La misma ONU que promueve que los refugiados sean acogidos. Es decir, no paran
la guerra, al contrario, la incentivan y además eres un insolidario si no
aceptas la población que ellos mismos están desplazando con sus contiendas
encaminadas únicamente a la deposición de determinados líderes que perjudican
una serie de intereses económicos corporativos.
Curiosamente, a nadie parece
interesarle que según las propias leyes internacionales (Redactadas por la ONU
en gran medida) un refugiado no tiene
libertad de movimientos para ir al país que le plazca ya que si bajo su
condición de refugiado atraviesa dos países en paz automáticamente pierde dicho
estatus. Pues esta oleada de refugiados no atraviesa dos, sino muchos más
(Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia,…) y eligen como destino el corazón de
Europa, normalmente Alemania.
Este ‘’vacío legal’’ se solventa
argumentando que los países europeos, más especialmente los de la UE, deben repartirse la población entrante. Vuelvo
a subir este mapa que es especialmente representativo de esta idea:
Básicamente, el tamaño de los países viene a representar el número de
peticiones de asilo. Los países más ricos son los que más peticiones reciben.
Tienen un objetivo y no es huir de la
guerra, sino llegar a los países ricos que más fácilmente pueda mantenerlos.
Muchos se quejan de que, claro, los
refugiados provocan ‘’problemas’’ (Personalmente las violaciones masivas me
parece que no se las puede catalogar de problemas sino de algo más grave)
porque sufren una especie de conmoción al instalarse en países con una cultura
diferente a la suya.
Es curioso como países
árabes musulmanes suníes como Arabia Saudí y otros estados de la Península
Arábiga que cuentan con enormes riquezas no
han recibido ni un solo refugiado y nadie habla de sancionar a dichas
naciones. Israel ni que decir tiene que tampoco ha acogido a nadie, pero
tampoco otros países como Irán que se supone que son aliados de Siria en la
guerra.
El caso es que el flujo de personas se
desplaza directa e imparablemente hacia Europa de manera exclusiva.
Otro tema aparte sería cuantos de los desplazados son realmente
sirios. Las propias fuentes oficiales nos muestran sin ningún rubor que
muchos de los que avanzan hacia Alemania ni siquiera son de Siria: Si de dicha región
hubiera salido el volumen de población del que se está hablando, es imposible
que el país continúe combatiendo, si hubiese desmoronado como un castillo de
naipes al perder semejante contingente demográfico. La realidad es otra bien
distinta: Se está catalogando como
refugiado a todo inmigrante ilegal independientemente de su origen y nadie
parece darse cuenta. Como decía, hay una gran masa de población que ha perdido
el juicio y la capacidad crítica a unos niveles escalofriantes.
Podría traer a colación otros datos
como por ejemplo el porcentaje de hombres adultos que se han desplazado. Es
curioso que el perfil del refugiado
responde al perfil de inmigrante: Hombre joven y que viaja solo por
soltería o bien porque su familia se queda en el país de origen del individuo.
Las cifras de mujeres y niños son ridículas y eso que han sido infladas a
conciencia. Por ejemplo en Suecia se cataloga de niño a todo refugiado que no aparente más de 40 años como he tenido
oportunidad de leer hace pocos días.
Podría hablarse largo y tendido de
todos los actos criminales de robos,
violencia y violaciones perpetrados por esta gente, justificados por algunos,
pero lo pasaré por alto en tanto que ya son sobradamente conocidos. En caso
contrario, una sencilla búsqueda por internet podrá ilustrar al lector de cómo
esta gente agradece nuestra hospitalidad.
Cuando tu esgrimes estos argumentos
contra una persona ‘’de a pie’’ rápidamente te traerá a colación, un tanto
indignada, que los españoles también fuimos refugiados con lo cual debemos
abrir nuestro país a todo hijo de vecino que desee entrar, independientemente
de que la economía existente no sirve para mantener a los que ya estamos
establecidos aquí o del peligro de ser sustituidos por población foránea. Que
alguien utilice este argumento para legitimar lo que sucede en nuestros días es
cuanto menos ridículo:
Comparar las personas desplazadas por
la guerra civil española con la actual oleada de refugiados es surrealista
tanto si atendemos a las cifras
cuantitativas (Número total de personas desplazadas) como si observa los datos cualitativos (Características de
la gente que emigró así como las características de la propia migración en su
conjunto)
El número de españoles que partieron
como refugiados fue residual, cientos de miles frente a los millones que
amenazan con inundar actualmente Europa. La mayoría de los refugiados españoles
eran mujeres y niños, cosa que se dé buena tinta ya que mi abuela fue una de
esas niñas que partió a Francia. Frente a esta salida de unos 400.000 españoles,
hablamos de millones de ‘’sirios’’. Muchos han hablado de la mayor crisis humanitaria desde la Segunda
Guerra Mundial. ¿Y a nadie le extraña que el mayor conflicto bélico de la
historia de la humanidad pueda si quiera compararse a una guerra localizada en
una pequeña región del mundo? Venga ya.
Los refugiados españoles comunes volvieron
al poco de terminar la guerra, los únicos que se quedaron en el exilio fueron
grandes personalidades de la República o personas importantes contrarias a
Franco. Por lo general la gente normal y corriente que lo deseaba, volvió poco
tiempo después de terminar el conflicto.
Además, se puede tener la seguridad de
que todos los refugiados que huyeron de la Guerra civil española eran
españoles. Esto puede parecer una perogrullada, pero como ya he comentado gran
parte de la masa de inmigrantes que está llegando a Europa ni siquiera proceden
de Siria sino de países vecinos o incluso zonas relativamente lejanas como
África o Asia central.
Ni que decir tiene que los españoles
no perpetraron oleadas de crímenes en el país que les acogió, en este caso Francia,
cosa que no se puede decir de las personas llegadas del levante mediterráneo.
También habría que tener en cuenta que
el paso de españoles refugiados a Francia se hizo de un modo controlado por las
autoridades francesas y los españoles no se dedicaron a saltar vallas ni a
pasar por encima de los guardias fronterizos para hacer cumplir sus exigencias
al país que les estaba acogiendo.
Por último, y tal vez más importante,
el desplazamiento de españoles hacia Francia jamás puso en peligro el pilar biológico sobre el que se
sustenta la nación gala, es decir, jamás se tambaleó la homogeneidad racial del
territorio. Sin embargo, y como bien sabrás si eres lector de esta página, la
llegada de este ingente volumen de población ‘’refugiada’’ sumada a las
poblaciones extra-europeas situadas ya en nuestro suelo ponen en serio peligro
la propia supervivencia de los pueblos blancos occidentales.
Como se suele decir, las comparaciones
son odiosas y en este caso parece que lo son aún más. Por otro lado, me gustaría destacar
que absolutamente nadie está hablando de cuándo y cómo devolver a esta gente a
su país de origen una vez acabado el conflicto. Desde la intervención rusa la situación se ha vuelto extremadamente
favorable para el gobierno sirio y el ejército oficial, dando la vuelta a la
situación crítica que sufrieron hace no tanto tiempo. La reconquista del
territorio es cuestión de tiempo y sin embargo nadie habla de cómo repatriar a
los refugiados. El propio Assad ha afirmado que están listos para re-acoger a sus
antiguos ciudadanos.
La respuesta es simple: No existe la más mínima intención de
devolver a esta gente a su país, ni por parte de los gobiernos europeos ni
por parte de los propios ‘’refugiados’’. No son más que la típica inmigración
permanente que llevamos sufriendo en Europa desde hace décadas solo que bajo u
n nuevo nombre que invita a la compasión de los europeos.
El argumento de los refugiados está pensado únicamente para hacernos tragar a los nuevos vecinos que se nos ha
impuesto. Primero, allá por los lejanos años 70 se hablaba de que todo
inmigrante era temporal y que venían a hacer los trabajos que los europeos no
queríamos, después se abandonó la idea de temporalidad
y se dijo que venían a pagar nuestras pensiones con lo cual debían quedarse, y
ahora, de una forma automática y en todos los medios de manera simultánea todo inmigrante ha pasado a ser refugiado.
No verán ustedes en ninguna cadena de televisión, ni emisión de radio, ni
recorte de prensa que se vuelve a hacer referencia a inmigrantes: Ahora son
todos ellos ya refugiados lo cual busca lógicamente apelar a un sentimiento de
compasión de la población que los acoge para aceptar el suicidio racial de
Europa. Otro ejemplo de la
manipulación del lenguaje que ya predijo Orwell.
El caso es que el rechazo a la
inmigración ha existido siempre, independientemente de si éste ha cristalizado
en movimientos políticos o no, por ello los argumentos para legitimarla también
precisan de su propia evolución para mantener el fenómeno migratorio y un flujo
constante de población foránea.
Por último también me gustaría
reseñar, por una vez dando una visión
positiva, que la llegada de los refugiados ha supuesto un auge bastante
importante en todos los partidos identitarios en Europa. La historia hay que
verla en perspectiva, y en el muy largo plazo, pero está claro que la oleada de
refugiados (Y sus crímenes) ha
despertado algo en los europeos que llevaba muchas décadas dormido. Los llamados
partidos identitarios que siempre habían cosechado limitadísimos éxitos se
convierten ahora en fuerzas a tener en cuenta en la mayoría del continente, países
como Polonia o Hungría son ahora en referentes de una gran cantidad de europeos
y verdades que antes eran monolíticas e inamovibles comienzan a resquebrajarse,
incluso la propia Unión Europa amenaza ruina tras el Brexit.
Ojalá estemos en el comienzo de un
cambio real, por fin, dentro de Europa. Solo el tiempo lo dirá. Lo que está
claro que es que queda mucho camino aún por recorrer.
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