ORíGENES DE NUESTRO PUEBLO: ¿VENIMOS DE LOS VISIGODOS?

En el día de hoy traigo uno de esos artículos que tratan de desmontar esa idea tan extendida de que el actual pueblo de España no es más que un batiburrillo conformado a través de la mezcla de los diferentes pueblos que se desplazaron hasta la península a lo largo de la historia.
Este argumento es utilizado por todos aquellos que tratan de mantener esa idea de que ‘’África empieza en los Pirineos’’, en gran medida esgrimido para justificar la inmigración masiva, y con ella, la sustitución de nuestro pueblo.
 Anteriormente ya se habló de los romanos y también sobre los tiempos de Al-Andalus en la sección de TÓPICOS. Se recomienda leer esos artículos antes que éste para una mejor comprensión del mismo.
Hoy, toca hablar de los visigodos. Este artículo es especialmente reseñable ya que incluso dentro del mundo ‘’identitario’’ patrio algunos defienden esa ascendencia de los visigodos que poblaron la península en un intento un tanto lamentable de buscar una conexión con el actual pueblo de Alemania (Conexión que por otra parte se puede establecer sin recurrir a los visigodos). Si, entre todos los problemas del indentitarismo español, los complejos es uno de ellos.

Pues bien, el caso de los visigodos tal vez sea el más fácil de argumentar que NO son nuestros ancestros, al menos no de la mayor parte de la población española.
Primeramente conviene hacer un breve repaso histórico: A principios del siglo V d.c. los bárbaros que ya habían penetrado a través del Limes germánico y se habían desplazado por todo el Imperio llegan por fin a la provincia de Hispania, la zona más periférica del mundo romano, el finis terrae. Curiosamente en esta primera incursión no llegan los visigodos, sino los suevos, los vándalos y los alanos (Estos últimos no germánicos sino de las estepas del este) Paradójicamente, los visigodos entrarían posteriormente para combatir estos pueblos a través de una alianza con Roma (Foedus) y finalmente se convertirían en el poder hegemónico de la zona, estableciéndose en la otrora provincia del Imperio.
Los alanos serían vencidos en batalla e integrados entre los visigodos mientras que los vándalos pasarían al norte de África. Quedarían por tanto suevos, en la zona de Galicia y Norte de Portugal, y visigodos controlando el resto de la geografía española a excepción de ciertos enclaves en el mediterráneo tomados por los bizantinos. Con el paso del tiempo, los suevos serían igualmente integrados y los bizantinos expulsados de las costas del levante, desmoronándose así su idea de reconstrucción el Imperio nacida con Justiniano.

Bien, a la hora de dilucidar si descendemos o no de estos germanos, habría que hablar en primer lugar de cifras totales, lo cual no siempre es sencillo teniendo en cuenta que nos encontramos en una época pre-estadística. Se calcula que en Hispania podría haber unos 9 millones de hispano-romanos y en las invasiones entrarían entre 300.000 y 500.000 visigodos, más unos 30.000 suevos.
Por tanto, se puede concluir que en ningún caso los germanos fueron mayoría en la Península Ibérica. Básicamente los germanos conformaron una élite que, a través del control del ejército formado por aristocracias guerreras, si hicieron con el poder en la antigua provincia de Hispania. En este proceso tuvo gran trascendencia la nula resistencia de la población hispano-romana, agotada por los gravosos impuestos de la fase final del Imperio.
La inferioridad numérica a la que hemos hecho referencia se deja notar además en otras cifras objetivas, como es el propio impacto cultural de los visigodos: Funcionaron más bien como ‘’continuadores’’ de todos los elementos romanos y no introdujeron importantes novedades de tipo cultural.
Esta labor de continuación, lejos de ser peregrina, tendría a la postre una enorme importancia en tanto que sentarían las bases del nacimiento de la nación española como tal. Los elementos que quedaron asentados bajo gobierno visigodo fueron:
  • La unidad territorial de Hispania. La anteriormente provincia del imperio pasó ahora a ser reino, sin embargo, se mantuvo esa idea de unidad, esa concepción de que la Península Ibérica conformaba un todo indivisible. Este principio no supuso únicamente una idea difusa o meramente teórica, sino que inspiró numerosas campañas militares por parte de los reyes visigodos, a destacar Leovigildo, que combatieron contra cántabros y vascones, que habían permanecido en semi-independencia bajo dominio romano, así como contra los bizantinos o contra los propios suevos. 
De esta idea de unidad de Hispania surgiría posteriormente la propia concepción de España, y sería la principal inspiración para llevar a cabo la Reconquista (No tanto la religión, que también). En las propias fuentes medievales al hablar de la lucha contra el Islam se refieren a la Recuperatio Hispaniae, es decir, la Recuperación de España. Esta idea permanecería con los Reyes Católicas y su proyecto de unificar la Península, lo cual se logró finalmente de manera efímera con Felipe II y la anexión de Portugal y todo su imperio ultramarino.

  • La religión cristiana católica. El mantenimiento de la fe católica tiene como máximo exponente la conocidísima conversión de Recadero en el 587, si bien para llegar a este punto hubo enormes enfrentamientos entre las diferentes corrientes del cristianismo así como con los reductos paganos que quedaban en la Península. Nuevamente, este hecho no es únicamente una acción simbólica, sino que se llevó a cabo una ingente tarea de construcción de iglesias para apuntalar el catolicismo a lo largo y ancho del reino visigodo. La consolidación del cristianismo católico no es una mera anécdota histórica porque como es bien sabido España sería a la postre una de las principales naciones católicas del mundo, llegando a influir sobre la vida política y social de nuestro país hasta bien entrado el siglo XX (Por ejemplo en la II República). Dicha influencia permanece en nuestros días, si bien actualmente, al menos en mi opinión, está comenzando a desmoronarse. Como dijo Azaña ‘’España ha dejado de ser católica’’.


  • Por último se mantiene el latín como lengua oficial, lo cual también tiene una enorme trascendencia ya que sellaría el destino de España como nación con una lengua de origen latino. Es destacable que se mantiene el latín y no se impone una lengua germánica, cosa que no ocurrió por ejemplo en otros lugares invadidos por germanos como Inglaterra donde la influencia romana fue inferior.


Por tanto podríamos concluir que el aporte demográfico germano fue mínimo, y por ende el cultural también. Su principal labor fue la de la ‘’continuadores’’ del mundo romano (Catolicismo, unidad territorial e idea de Hispania, y el latín), continuación que, como ya hemos visto, sentaría las bases de la nación española hasta nuestros días.
Para no extender demasiado este artículo recomiendo visitar los otros textos en los que hablo del origen de los españoles, además de proporcionar argumentos de porque la convivencia entre dos pueblos no supone la fusión entre ambos, si bien cada caso debe ser analizado en exclusividad.
Espero sus comentarios y aportes personales. ¡Un saludo!

Fuentes para la realización de este artículo:
  • Orlandis Rovira, J. 1977, Historia de España: la España visigótica, Gredos, Madrid
    (Este manual es breve y muy general, pero también bastante completo para conocer la España visigótica. Totalmente recomendado si te interesa el tema)

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Comentarios

  1. Muy buen articulo,solo matizar una cosilla si me lo permite.
    Si que descendemos de los Visigodos,porque ellos no se fueron a ningun lado,la poblacion Hispanorromana la absorbio mas bien,eso quiere decir que descendemos tambien de ellos.Otra cosa es que tengamos mas de iberos y celtas.

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    1. Muy buenas Javier y gracias por comentar.
      Si, sobre toda tras la invasión islámica tanto en las zonas ocupadas por los musulmanes como en las zonas que no, se produjo la ''fusión'' entre visigodos e hispano-romanos. En el artículo me refiero especialmente a la diferencia en el número total, 500.000 visigodos por 9.000.000 de hispano-romanos, pero sí, tienes razón.También habría que tener en cuenta que las diferencias genéticas y biológicas eran mínimas o directamente inexistentes en tanto que todos los europeos, salvo excepciones de carácter marginal, poseemos un tronco racial común
      No ocurrió lo mismo con los musulmanes o los judíos, pueblos con los que hubo un interés específico en no mezclarse. Te invito a que leas los artículos en los que hablo de la sociedad de Al-Andalus. ¡Un saludo!

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