Como ya adelanté en la
introducción, el fenómeno de la Gran Sustitución es poco conocido por el grueso
de la población (Sobre todo en España) y por extensión, también está muy poco
estudiado. Todo ello lleva a que muchas personas directamente nieguen su existencia:
No deja de ser curioso como muchos bloquean automáticamente la idea de una
posible desaparición de los pueblos europeos como creyendo en una especie de
Providencia que detendrá el proceso. La perspectiva es simple y llanamente tan escalofriante
que se niegan a sí mismos que ésto pueda llegar a ocurrir, y sin embargo es
así. Por todo ello, lo primero que debemos saber es una seria de nociones básicas sobre qué es la Gran
Sustitución.
Primero,
debemos conocer el marco geográfico y temporal. El
fenómeno es exclusivamente occidental: Se produce especialmente en Europa pero
también lo sufre Estados Unidos si bien con unos esquemas propios (En futuros
artículos se analizarán los casos de manera individualizada) En cuanto a su
cronología, podemos situar sus orígenes más profundos en la ‘’reconstrucción’’
de Europa tras la II Guerra Mundial, continuando hasta nuestros días. Hay que
tener en cuenta que la sustitución racial se retroalimenta, cuanto más tiempo se esté produciendo, más fuerte se
hace.
A su vez debemos saber que
la Gran
Sustitución se produce por la combinación de dos dinámicas: Una interna del
propio Occidente por su propia evolución político-demográfica, y otra externa, por
la llegada masiva de inmigrantes. Estos dos fenómenos, al darse de manera
conjunta es lo que produce a grandes rasgos la sustitución de un pueblo por
otro. Para comprender de qué estamos hablando debemos saber que las sociedades
humanas se han encontrado en diversos regímenes demográficos a lo largo de su
historia. ¿Qué es un régimen demográfico?
Explicándolo sencillamente es la relación que se establece entre los
nacimientos y las muertes, teniendo en cuenta cómo afectan estos dos elementos
al crecimiento natural de un determinado grupo humano. Pues bien, los diferentes
grupos humanos han pasado a lo largo de la historia por tres regímenes
demográficos:
- Régimen demográfico antiguo (FASE I): Desde las sociedades primitivas hasta la Revolución industrial, caracterizado por las altas tasas de mortalidad y de natalidad. Así, se van intercalando épocas de muy escaso crecimiento con otras de decrecimiento, aunque normalmente la población aumenta muy paulatinamente.
- Régimen demográfico de transición (FASE II): Se produce durante la Revolución industrial y está caracterizado por el mantenimiento de los altos índices de natalidad pero acompañado con un fuerte descenso de la mortalidad por las mejoras materiales, con lo que hay un fuerte crecimiento natural de la población.
- Régimen demográfico moderno (FASE III): Típico de todos los países occidentales actuales y caracterizado por el descenso progresivo de la natalidad hasta situarse junto a los índices de la mortalidad, muy bajos por tanto. El crecimiento natural puede ser nulo incluso puede llegar a haber decrecimiento. Estas sociedades también se caracterizan por tener un gran porcertanje de población anciana. En este punto es donde se encuentran a grandes rasgos todos los países occidentales, desde EEUU a Rusia.
Profundicemos ahora en las dos dinámicas combinadas que llevan a la Gran Sustitución:
1-Dimensión interna:
Evolución demográfica en Europa
Cuando hablamos de una
evolución interna dentro de la propia Europa nos referimos a la implantación del
ya explicado régimen demográfico moderno
que llega a diferentes ritmos a lo largo del siglo XX, sobre todo con los
‘baby boom’ producidos tras la II Guerra Mundial y el crecimiento de la
población ante las buenas condiciones económicas y medidas sociales del Estado
del Bienestar implantado en Europa tras el conflicto.
Sin
el actual modelo demográfico occidental no se podría poner en marcha la
sustitución: El crecimiento demográfico, prácticamente
nulo, se contrapone como veremos al fortísimo crecimiento demográfico experimentado
por las zonas emisoras de migrantes que se hayan en el régimen demográfico de
transición.
La natalidad decrece en Europa en el último cuarto del siglo XX debido
sobre todo a profundos cambios socio-culturales,
a destacar la incorporación de la mujer al trabajo, así como a las enormes
dificultades para conjugar la maternidad y vida laboral, y el
abandono de la mentalidad tradicional, que han llevado al pensamiento popular
de que tener hijos es negativo.
También existen otros factores como la entrada de la mujer al mundo estudiantil, que hace retrasar los matrimonios llegando los hijos más tarde y en consecuencia, en menor número. En esta caída de la natalidad influye también el auge de la vida urbana, tipo de poblamiento en el que las personas tienen menos espacio para criar hijos. En conclusión, un conjunto articulado de causan llevarían a la caída vertiginosa de la natalidad.
También existen otros factores como la entrada de la mujer al mundo estudiantil, que hace retrasar los matrimonios llegando los hijos más tarde y en consecuencia, en menor número. En esta caída de la natalidad influye también el auge de la vida urbana, tipo de poblamiento en el que las personas tienen menos espacio para criar hijos. En conclusión, un conjunto articulado de causan llevarían a la caída vertiginosa de la natalidad.
Más adelante se analizará
hasta qué punto el actual modo de vida, en mi opinión mal llamado
‘’occidental’’ basado en el hedonismo y la búsqueda del placer inmediato, ha
llevado a la idea de fondo de que la paternidad es un lastre, lo que ha
tenido las consecuencias ya explicadas.
Un ejemplo de todo lo dicho
lo tenemos en España donde mueren más personas de las que nacen, lo cual es la
excusa perfecta para defender la llegada de inmigrantes como necesaria para
mantener activa la economía y el pago de las pensiones (Argumento típico, pero
falso)
Todos estos elementos que
llegan al Invierno demográfico son defendidos en los medios de comunicación de
masas o en cualquier libro para estudiantes como grandes progresos de la sociedad occidental pero, ¿Cómo podemos
señalar este modo de vida y de pensamiento como positivos cuando llevan a un
pueblo a la imposibilidad de perpetuarse en el tiempo, objetivo inherente no
solo al género humano, sino a todo ser vivo?
Paradójicamente, esta
pregunta puede ayudarnos a comprender por qué los partidos de todo espectro político,
así como el movimiento feminista, se esfuerzan en perpetuar todos estos
planteamientos totalmente inhumanos basados en un ritmo de vida orientado al
consumo frenético y desenfrenado, en un carpe
diem continuo, tan exacerbado que
lleva a las personas encerradas en dicho sistema a considerar el formar una
familia como una ‘’tarea’’ de segunda fila e incluso un lastre.
Mención especial merece el
aborto, práctica basada en la
cosificación del ser humano, pudiendo ser suprimido éste sin ningún tipo de
problema para ‘’poder vivir como se desea’’.
Pongamos nuevamente el ejemplo de España: En el año 2011 se abortaron 118.359 niños, mientras que nacieron 471.999 contando hijos de inmigrantes. Casi un cuarto. Podemos estar seguros, además, de que los abortados fueron en un amplio porcentaje, por no decir el 100%, españoles. No pensemos ni por un instante que las embarazadas de Sudamérica o de países islámicos abortan. El aborto, al margen de si supone un asesinato o no, afecta casi exclusivamente a españoles y en cifras ingentes.
Pongamos nuevamente el ejemplo de España: En el año 2011 se abortaron 118.359 niños, mientras que nacieron 471.999 contando hijos de inmigrantes. Casi un cuarto. Podemos estar seguros, además, de que los abortados fueron en un amplio porcentaje, por no decir el 100%, españoles. No pensemos ni por un instante que las embarazadas de Sudamérica o de países islámicos abortan. El aborto, al margen de si supone un asesinato o no, afecta casi exclusivamente a españoles y en cifras ingentes.
Unido al modo de vida,
habría que tener en cuenta también la propia situación económica de cada país en concreto. De nuevo por
desgracia tenemos un claro ejemplo en España, donde se sufre la precariedad
laboral o la dificultad para acceder a una vivienda, unido a las trabas para
emanciparse de la casa de los padres y por ende para formar una familia.
Podemos concluir diciendo
que el régimen demográfico moderno más que una causa como tal de la Gran
Sustitución, es la base perfecta sobre la cual llevarla a cabo: ¿Qué mejor que un pueblo que no crece o que
incluso decrece para poder barrerlo del mapa?
2-Dimensión externa
Por otro lado tenemos la
dimensión externa, ya que como se sabe, la Gran Sustitución se basa en la
llegada masiva de inmigrantes. La gente no comprende que multitud de países que
entendemos como tercermundistas, están viendo, pese a sus pésimas condiciones
de vida, como su población crece
exponencialmente. Esto se debe principalmente a que índices de mortalidad y más concreto la mortalidad infantil, se han visto reducidos en los
últimos años mientras que la natalidad se ha mantenido en índices muy altos. En
estos países, debido a este desequilibrio, la población crece de manera
vertiginosa como lo hizo Europa en el siglo XIX con la Revolución industrial (Recordar
el Régimen demográfico de transición)
La mayoría de los países
de África, así como otros de zonas cercanas como Oriente medio, están
experimentando actualmente su particular Revolución
demográfica, la cual habría comenzado más o menos desde la Descolonización
o incluso antes. Este mapa muestra bien el contraste entre Europa y África:
Si bien este crecimiento
se produce por una serie de mejoras en las condiciones de vida, sobre todo
acceso a un mayor número, variedad de alimentos fruto de cierta mecanización
agraria y mejoras médicas, el nivel de vida sigue siendo pésimo en la
mayor parte de África. Además, la población
crece por encima de la oferta de trabajo existente lo que espolea aún más
la inmigración: El desequilibrio entre población-puestos de trabajo, repercute
directamente en que amplios sectores de la población ``sobra’’ y es
estadísticamente imposible que encuentren trabajo. Estas personas son las que se van a desplazar
hacia las zonas económicamente desarrolladas de Europa por medios tantos
legales como ilegales. Muchos no buscan únicamente trabajo, sino también
disfrutar de la superior calidad de vida europea o las ayudas que reciben aquí.
Sea como fuere, lo cierto
es que inmensas masas de población se están desplazando desde el continente
africano mayoritariamente hacia Europa. Además este crecimiento demográfico que está experimentando África va a continuar y
de hecho va aumentar en los próximos años, con lo cual la llegada de
inmigrantes desde estas zonas no solo no va a disminuir, sino que continuará creciendo.
Sin embargo, la Gran Sustitución no se basa únicamente en la llegada masiva de
inmigrantes: Como ya hemos comentado una de
los elementos que determinan la natalidad es la mentalidad, y los inmigrantes, en contraposición a los
indígenas europeos, poseen aún esos esquemas mentales de carácter tradicional que lleva a tener muchos hijos, con la
inestimable ayuda de las ayudas económicas y sociales de nuestros gobiernos
todo sea dicho de paso. Debemos tener en cuenta que las personas que migran son
casi siempre hombres jóvenes y por tanto en edad de tener hijos.
Por tanto podemos decir
que la Gran sustitución no se produce únicamente por la llegada masiva de
inmigrantes, sino que también tiene un gran importancia el tipo de vida que
éstos desarrollan estando ya aquí, teniendo más hijos que los pobladores
indígenas. Dentro del problema de sus superiores tasas de natalidad habría que
señalar el problema del mestizaje,
espoleado por la actual moda de las parejas interraciales.
Otro fenómeno que
incentiva todo esto es la poligamia que, si bien está prohibida por las leyes
europeas, en la práctica se produce. De hecho en Andalucía hay pensiones de
viudedad para mujeres que formaban parte de matrimonios polígamos. Curioso que
el feminismo no clame contra eso, pero eso es ya otro tema.
En definitiva, la Gran
Sustitución no se basa únicamente en una llegada masiva de inmigrantes desde
zonas extra-europeas, sino que el gran mecanismo de este genocidio es que los inmigrantes,
una vez llegados a Europa, mantienen por el peso de su mentalidad tradicional altas
tasas de natalidad muy superiores a las de la población autóctona.
La perspectiva es cuanto
menos escalofriante porque tenemos un continente de enorme tamaño como África
muy superior en extensión a Europa y mucho más poblado, que es un foco emisor
de población joven constante y lo será durante muchos años aún (Revolución
demográfica en la mayoría de los países) sumado a que los emigrados tienen más
hijos que los habitantes locales una vez establecidos en sus zonas de destino, sumado
a uniones entre locales y extranjeros. Conviene recordar que esto se produce
sobre una población europea que por lo general está estancada o que en algunos
casos llega a decrecer.
Así es como se produce,
muy resumidamente, la Gran Sustitución, con la armoniosa combinación entre el Invierno demográfico occidental y la llegada masiva de inmigrantes con sus
superiores tasas de natalidad. A partir de este planteamiento de base,
desarrollaré los futuros artículos profundizando en todas estas cuestiones.
Espero que hayan
disfrutado de la lectura y les invito a que dejen sus comentarios.
¡Un saludo!
Información extra
Cifras del aborto en España
Inobjetable
ResponderEliminarBuenas Francisco, gracias por comentar y por tus palabras. Un saludo
Eliminar